En sus experimentos con electricidad, el inglés William Crookes,
alrededor de 1870, construyó un tubo sellado a baja presión
de aire con dos contactos metálicos, el ánodo y el cátodo.
Si un alto voltaje es conectado entre ellos se puede constatar un flujo
de corriente a través del espacio, viajando entre el polo positivo
y el negativo. Este flujo alcanza grandes velocidades y parte de las
partículas de carga negativa (electrones), rebotan en las paredes
del tubo, produciendo luminescencia y su retorno al polo positivo.
Posteriormente, en 1897, otro inglés (Thomson), descubrió que
este fenómeno emitía rayos catódicos que más
adelante también se utilizaron en la invención de los
receptores de televisión análoga.
Descubrimiento de los Rayos X
Por su parte el físico alemán Wilhelm Roentgen, probó
tubos de Crookes a diferentes niveles de vacío, detectando en
1895, que cierto rango de rayos catódicos emiten radiación
electromagnética.
En un cuarto obscuro ubicó una mano entre el tubo y una placa
con recubrimiento sensible a la luz, descubriendo que la radiación
penetra el cuerpo humano y es capaz de atravezarlo, para plasmar en
una placa fotográfica la silueta de los huesos. Este tipo de
radiación hoy se conoce como rayos X o rayos roentgen.
El descubrimiento de Roentgen se difundió en todo el mundo,
y su máquina de rayos x, se transformó en la mayor herramienta
de diagnóstico médico del siglo XX.
Avances del Rayo X
Muchos empresarios se interesaron en el desarrollo y fabricaci ón
de modelos de tubos de Crookes, capaces de emitir rayos X, los que
se conocieron como de cátodo frío. Estos tubos no resultaron
muy confiables porque a corto plazo dejaban de funcionar. Para evitar
esto, el ingeniero británico John Fleming diseño un tubo
de vacío total y cátodo de alta temperatura que se introdujo
en los equipos de rayos X a partir de 1920.
En adelante, el fenómeno de los rayos X, ha sido aplicado exitosamente
en diferentes ramas de la ciencia. En el siglo XXI gran variedad de
máquinas médicas han sido desarrolladas para efectuar
escáner y tomografías del cuerpo humano como también
a diversos materiales sólidos y opacos.
Es necesario guardar ciertas precauciones en el uso de rayos X. Su
radiación se asemeja a la de los rayos gama. Una organismo que
se expone a ellos en forma prolongada puede producir cáncer.
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